Domingo, día calido sol caliente, la mesa vacía y la casa desierta, un nudo en la garganta esperando algo imposible, juego en el sueño armo y desarmo mi alma y invito a todas las siluetas descalzas a que me abracen caigo en el sueño y luego despierto el cielo se abre e inunda con humo negro la casa empecé a gritar te quiero por todas partes, nadie me escuchaba la calle vacía, corrí en la desesperación ciega de topar con alguien desconocido y entregar mi vida al abismo.El cielo se despejo y se lleno de estrellas, la casa seguía vacía, hablaba con las tres marías, sentada en el techo caí en la realidad de este día.
miércoles, 27 de mayo de 2009
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